TRAVESIAS DE UNA PANAMEÑA: Cerro Gordo, Penonomé

¡HOLA AVENTUREROS!

Yo la verdad no creía que el 2020 había sido un mal año, en realidad a pesar de todo no me había ido mal, mi familia tenía buena salud e incluso conseguí un trabajo y luego 2021 me pego como si le debiera dinero.

Decidí salir de la ciudad a una provincia llamada Penonomé a unas tres horas de la ciudad, allí vive mi familia de parte de papá; y hay un gran cerro detrás de la casa de mi abuela, ella cultiva al pie de ese cerro. Mi papa, mi tío y sus amigos subían siempre ese cerro y decidí hacerlo por primera vez, no hay un camino y es algo peligroso.

Nos levantamos temprano en la mañana y tomamos un rico desayuno muy panameño tortilla asada y salchichas guisadas, con un café negro muy caliente. Nos equipamos con ropa manga larga, gorras, snakcs y mucha agua.

El abuelo nos acompaño hasta el huerto y entonces empezó lo que yo llamaría un ascenso infernal, no había camino para seguir; así que íbamos a ciegas con mi papá como guía algo que lo hacía muy incómodo era una planta que conocemos coloquialmente como “cuernito” es delgada y tiene protuberancias en forma de cornamenta de toro y en ella habitan una especie de hormigas muy grandes que muerden muy fuerte; había demasiadas en toda la subida y teníamos que evitarlas lo cual hice muy bien hasta que llego el momento del descenso.

La vista en el punto en el que pudimos subir sin problemas era maravillosa, la brisa en su apogeo no nos dejaba escucharnos a veces y el sol empezaba a subir. Mi papa intentaba abrir más camino, pero nos tomaría todo el día y no teníamos el agua suficiente. Pero disfrutamos subir y tomar un trago en nombre de mi tío quien murió a inicios de este año.

El descenso fue mas lento, y mi novio me ayudaba a bajar como mejor podía porque para mi grandiosa suerte estaba cerca de una planta de “cuernitos” y paso lo que no quería, me temblaban las piernas por el dolor de las mordeduras de las hormigas que había sido demasiadas.

Se preguntará que de bueno hay en todo este blog; la verdad es muy personal. fue muy importante para mi este pequeño viaje por las grandes perdidas que ha tenido mi familia y fue una manera de ponerle pausa a esta vida tan ajetreada que nos hace vivir la ciudad y mucho más por la situación mundial a nivel de pandemia. Agradecí estando en esa sima estar viva y el sentir todas esas emociones que me permitirán tener un futuro mejor futuro, sin importar cuantas perdidas, cuantos problemas y el dolor; doy gracias por seguir viva y ser quien soy.

En memoria de 

 JUAN CARLOS QUIJADA PEREZ 

20/1/1977   –    1/1/2021