EL DESPERTAR DE LAS ALMAS

Mi viaje a la provincia de Veraguas inició desde la madrugada del 27 de octubre en hora de la madrugada – 5 a.m., cuando el toque de queda dejaba de controlar mi libertad en pandemia-. Considero que la mejor hora de viajar es de madrugada porque no hay tranque para ir al interior, se vive la paz del amanecer, el paisaje, el clima, el despertar de nuestro bello país. Además, es posible apreciar el constante cambio, y la abundancia de micro climas, lo que hacía que apareciera neblina en la carretera, llovizna, el amanecer, lo que permitía conectar y sentir con imágenes que uno no está acostumbrado a ver. Por otro lado, el tiempo se hace más lento. El tiempo cómo herramienta creada por la sociedad para generar un tipo de orden se pone a nuestro favor, debido a que, en la madrugada, en el despertar de la ciudad, son pocas almas las que andan despiertas viviendo.

Mi llegada a Santiago de Veraguas se dio a las 9 de la mañana. Por lo que pude disfrutar de un excelente desayuno en la casa de mi hermano Mario, cómo también disfrutar de la compañía de su agradable y bella familia. Realmente las personas que viven en otras regiones del país – el interior – transmiten una paz y una calma que los capitalinos muchas veces – o la mayoría de las veces – confundimos y no sabemos apreciar y entender. ¿Nuevamente el tema del tiempo dentro del espacio no? Ese es un tema para otro momento. Es un tema que justamente debe ser entendido por quienes desarrollar el Turismo y viven de él.

Aeropuerto de Río Hato

Ya había estado muchas veces en Santiago, pero era mi primera vez llegando sólo. Decidí llegar a la casa de mi amigo – Mario-, en el centro de Santiago sin tecnología (Waze). Lo primero que hice fue entrar por la calle Ave. Central, en donde, de un momento a otro ya voy ingresando a la idiosincrasia, a “rush”, y voy percibiendo un nuevo despertar de las almas en la arteria principal de la provincia, de la cabecera, Santiago de Veraguas. Voy observando las calles y voy recordando poco a poco lugares que me eran conocidos para acercarme. Noté el mercado de frutas y verduras improvisado – el cual aún después de un año el Gobierno Local no ha podido organizar –, noté las calles muy deterioradas, falta de señalización, entre otros aspectos que perjudican el libre flujo de turistas – nacionales y extranjeros –. Mi pregunta es la siguiente: ¿De qué forma podría recibir a un turista la provincia a parte de un letrero de colores que dice Santiago? Son cosas que en conjunto debemos ir hablando. Mi llegada, gracias a la vida, se dio con un abrazo y muchas sonrisas por parte de quienes me esperaban en aquel lugar mágico.

Centro de Santiago

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